Relato de las vacaciones

Eran las tres de la tarde. Acababamos de comer. Estabamos aburridos y queriamos hacer algo. Despues de unos minutos pensando, Trini dijo “vayamos al arroyo” y sin dudarlo todos dijimos que si.

Rapidamente, cada uno de nosotros se fue al cuarto a cambiarse. Me puse un traje de baño, una bombacha de campo, una remara negra, un sombrero y un par de zapatillas. Uno a uno, fuimos saliendo de los cuartos ya vestidos. Eramos siete. Ya estabamos preparados para un largo camino de maiz alto y rasposo.

Luli y Marcos salieron de la casa con una mochila negra. Llevaban agua y galletitas para el te ya que nos ibamosa quedar ahi como 2 horas. Ya eran las 3:20 y decidimos comenzar el viaje.

Caminando en fila y bajo el sol, el camino parecia eterno. El maiz nos raspaba la cara y los brazos. Estabamos cansados y doloridos y no veiamos a donde estabamos yendo por el maiz alto.

Despues de unos largos 25 minutos caminando con el sol ardiente en la cara, llegamos al arroyo. Era lindisimo. Habia pasto largo, arboles verdes, ramas gruesas y espinas puntiagudas. Caminamos un poco mas y ya estabamos tocando agua. Habia una casacada hermosa de agua transaparente. Con muchas ansias los siete nos sacamos la ropa y con traje de baño nos tiramos al agua. El lugar era impresionante. El agua fria nos refrescaba y nos calmaba nuestro dolor. Nos miramos y nos dimos cuenta de que el cansador y doloroso camino habia valido la pena.

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